miércoles, octubre 28, 2009

Me levanto temprano, antes de que el sol ilumine el buro lo cual como si de un reloj solar se tratará, señala la hora y la estación del año; miró a mi alrededor, recorro las cortinas y adivino cómo será el dia: nublado, pienso, con un poco de sol a medio dia y seguro habrá lluvia por la tarde. A partir de este diagnóstico decidido usar hoy mi saco negro.
Me adelanto por mi café. Un poco de pan que sobra y podré sentarme a leer un rato, aprovechando a lado de la ventana el poco sol que durante este mes aparece brevemente cada mañana. Después escribiré. Soltaré ésta mañana todo el cúmulo de cosas que suceden cada noche todas las noches desde hace unas semanas, pellizcaré mi raso cielo esperando la caída, el cubetazo de agua fría por la mañana, alzaré la escoba para forzar que lo que se acúmulo durante la noche en el plastico que protege mi sueño, se caiga y llamaré entonces al breve sol para que lleve a cabo su labor, para la cual esta acomedido.
Suena el teléfono. Acudo en espera de una voz: pero no es esa, es otra, ninguna, cualquiera. ¿Porqué sigo esperando tu llamada cuando he cambiado el número? ¿cuando me he ido de la ciudad y cuando tu te has ido también, a otro planeta? Ayer salí con alguien. No resulto a pesar que éste parece buen mozo y además me divierte mucho, y tenemos se supone un pequeño affaire. Regrese a casa destrozado: te sigo comparando. Ayer en la noche quizé encontrar un mail que imagine mandarías justo a media noche, suplicando. Supuse que tú como yo, querías resolver las cosas y que sentirías dentro de ti que necesitabas pedir perdón y recomponer las cosas, que estabas tendido en la cama como yo, recordando. Espere pasada la media noche y nunca a mi bandeja de entrada llego tu confesión, ni nada, nunca, jamás. Desde entonces no pasa nada. La televisión es peor cada dia y en la situación que vive el pais siento que si me encontrará con alguno de esos politicos lo patearía y le gritaría enfurecidamente. Siento que el país es horrible y siento que la ciudad es aún más patética. Cuando alguno de esos chicos me habla siempre le contesto mencionando una pedorata insoportable por demás, que los pobres no pueden responder y que los espanta. Ja ja. Me he vuelto un cínico chaval, un cínico que busca consuelo. Un insoportable y compulsivo lector de novelas, un pedante defensor de la humanidad, un llorón a quien le parece horrible y sucio lo que pasa en este mundo, un cinico que busca consuelo y que no lo encuentra, por que ni siquiera se atreve a pedirlo. Sólo escribo. Sólo pasan los dias y los lunes y por asomo me entero a veces de tus cosas, aunque te dije y te pedí que salieras de la mía. He salido de la tuya o al menos eso pienso cada vez que quiero humillarme. Pero tú no has salido de la mía, sigues aquí, metido hasta en la punta de mis dedos, los dedos que escriben cosas como estas y que por ahora no quieren ni pueden, tocar otros dedos ni otras manos.

viernes, octubre 09, 2009

Como sé que no leerás esto, y que ni siquiera por asomo entras a mis otros espacios y si lo haces, imagino que por desgracia y por autoflagelación permanente, lo haces con una sonrisa maliciosa, perversa, egolatra, me doy valor para escribir esto, el inicio de mis últimas palabras. Necesito nombrar y acomodar las cosas. Borrar esa tentación que son tus últimas palabras donde decias que no querías que saliera de tu vida, porque esas palabras fueron sólo al calor del momento, del reclamo, consecuencia del ultraje cometido, vengo de igual forma a quemarlas en leña verde, en deletes virtuales pero igualmente poderosos. Como sé que a esta hora y éste día, viernes por la noche, estarás tomando un café, viendo una pelicula o estarás acostado abrazado a él, al que no conozco y que ni siquiera recuerdo su nombre, quiero contar lo que me esta pasando, las noches en las que duermo impávido, asustado, temeroso, delirante, y que no encuentro aún con quien ni donde escupir eso que no debería ser mio pero que me esta consumiendo. Quiero ir a ese árbol donde se depositán los secretos para que vuelvan a la tierra. Quiero ir al mar y al río. Quisiera seguir en Europa, no quisiera haber vuelto a ésta ciudad ni a éste pais. Quisiera no haber vuelto a ti;

Desde ayer ha comenzado la tragedia: los pasos por donde anduvimos, las escenas sobre nosotros me han vuelto a la cabeza una y otra vez. Dias antes estaba bien, sonreía, y ayer incluso salí con O a tomamos fotos. Nos vemos contentos en ellas. Hablamos como siempre y reímos de tantas tragedias que nos suceden y que asi contadas son como chistes mal contados, bromas, cotilleos; Ayer también fuí con la mamá y le he contado todo: sabe que no volverás a ir a la casa y como puede, trata de reanimarme. Que no soy el único dice, y que si quiero dejar esto o lo otro ella está de acuerdo. Me ayuda ese pequeño apoyo, me ayuda mucho ese gesto. Ayudan todos esos apoyos, los consejos y regaños, las burlas y bromitas sobre uno mismo, pero no lo suficiente: Aún me falta algo;

Hoy fuí a la Casa del Lago. Había función especial de Flamenco moderno con una pieza llamada sugerentemente: "cuando uno quiere y el otro no". Desde el inicio éste titulo que leí en una cartelera de mano me resulto interesante y como es de esperarse, llegue solo: al tonto de M le ha dado desde hace unos meses por estudiar mucho, y no sirvió de nada que le contará sobre mi tristeza infinita, y decirle además que me apenaría mucho ir solo sobre todo porque estando en mi estado... Le dije también que de paso se le quitaría un poco lo bárbaro sensibilizándose viendo a cuerpos bailando en escena, pero nada. Finalmente quizó quedarse a estudiar eso que necesitaba urgentemente, y que seguro tiene que ver con ese famoso viaje a Cuba. Ni modo;

Hoy llovió. Hace semanas que no llovía. Inevitablemente me hace recordar que no sé porqué, todo septiembre que anduvimos juntos desde mi regreso, llovía siempre, y que fué por eso que te presté mi saco, y que entonces me gustaba ir por chocolate a tu lado antes de venir a casa, porque hacía frio y llovía tanto, y que siempre quedabamos en la misma estación del metro y que al salir te quejabas como histérico de las gotitas inofensivas sobre tu pelo recién planchado ¡planchado! y la pena que sentía por eso, ya que nunca te dijé lo mal que me caían esos desfiguros de niño malcriado, porque además tu pelo ensortijado era mucho mejor para mí porque asi, un poco despeinado, es como más te sentía no se porqué, a mi lado. Era esa extraña sensación que me dabas, de frágilidad y desorden, que me mantenía a tu lado, digamos, un poquito enamorado;

Este domingo he ido a la feria del libro. Sólo pude comprar esa revista donde en la portada una nube rosa amenaza a una mujer que huye despavorida y aterrada ¡Es tan buena! Me gusta tanto ese drama irónico e irreal que además comparte en la misma revista, una sección dedicada al word press photo de este año, que es igualmente irónico, pero real. Este domingo me he distraído y además, camino a casa, he recordado nuevas cosas;