domingo, junio 08, 2008

Verdaderas divagaciones entorno a LA REALIDAD


Desde siempre han existido para mí palabras cuyo significado último me resulta enigmatico y que mantienen hasta ahora intacto su poder de atracción. Una de esas palabras poderosas es Realidad. La realidad se dice, pero ¿qué es la Realidad? Me he preguntado desde hace mucho tiempo, pero su significado último no termino de abarcarlo. Es una de esas palabras con cargas emocionales porque hacen referencia a imágenes o situaciones más que entrañables, electrizantes, inspiradoras. Comencemos:
En principio, Realidad y Verdad pueden parecer lo mismo pero no lo son. La verdad tiene implicaciones en mi opinión de orden metafísico y en cambio, La realidad hace referencia a algo más terrenal y más inmediato: La verdad es oculta e íntima, mientras la realidad está a la puerta de nuestras casas y es colectiva. La verdad está en el dominio de nuestros pensamientos, mientras que la realidad es anterior a ella.
La realidad es inocultable y de orden material, tiene un carácter objetivo, palpable, evidente. La verdad en cambio puede ser subjetiva: es mi verdad contra tu verdad, es la realidad que cada quien hace propia.
Hacer referencia a la Realidad tiene siempre un aspecto de moral transformadora. Apelar a la realidad en momentos de tristeza, de incertidumbre o confrontación, es una opción politica. Todos los movimientos politicos, más que sustentados en verdades, obtienen su validez en la referencia a la Realidad que piensan modificar, de manera que vivir, padecer y tratar de cambiar la realidad es la aspiración de personas o grupos politicos que se han propuesto seriamente el cambio. Es en ese sentido donde esa palabra adquiere para mí su mayor relevancia:

La conciencia sobre la realidad dolorosa y la realidad como posibilidad de cambio y gozo, de Felicidad (Ahora Real es la mentira y la farsa, la realidad inocultable, la realidad que está llena de telarañas, Realidad cruda ante la que unimos las manos para detener la avalancha, Real también es el insomnio que a veces me persigue, real es mi cuerpo frágil, real es mi extraña sensación de soledad porque te sigo recordando de pornto, real es mi demora, mi timidez de cuando en cuando).
Me han fascinado desde siempre, aquellos fotoreportajes que aspiran a transmitir las cosas tal como son, porque eso, pese a que se piensa lo contrario, es algo díficil de lograr. Vivimos inmersos en el mundo de los signos y La realidad, cualquiera que esta sea, es apenas un fragmento de lo que conocemos del mundo. Por eso me ha parecido meritorio desde siempre todas las expresiones que por un instante logran transmitirnos la Realidad que hasta hace unos minutos permanecia oculta. Me emociona la realidad como un acto cotidiano de revelaciones.
Es también un gozo estético: Ahí esta Korda, Metinides, los pintores Hiperealistas, el cine y la foto como los medios más cercanos a la realidad y que en el siglo XX alcanzaron su gran desarrollo. Aunque parezca lo contrario, esa palabra tiene cierto aire romántico pero sin heroísmo, pues me hace aspirar a conocer sobre mí y por ende sobre lo que me rodea, y ese conocimiento como todo acto amoroso, es un deseo ardiente de pertenencia al mundo, de comunión, de sentido de hermandad.
La verdad es como una subida al cielo y la realidad en cambio, es como un descenso al infierno, a la tierra que permanece ardiente desde hace siglos y que basta amar y odiar para poder abrir los ojos o tentar a ciegas.

La realidad es está: la realidad que muestran los periodistas, la realidad de quienes en la montaña tocan ese fuego que arde y se deciden a cambiarlo, la realidad de nuestras tristezas cotidianas, la realidad de nuestras frustraciones, pero tambíén la de las alegrías y las grandes carcajadas. Uno de los poblados autonómos, no sé si el más pobre pero si uno de los más emblematicos se llama "La realidad", alguien dijo seamos realistas pidamos lo imposible, y una imagen que desde hace años me persigue es la de dos señores en algún barrio marginal de la Ciudad de México, que frente a una cámara de televisión uno le dice al otro: esta es la realidad rafa, ¿qué no ves? ¡te están entrevistando!. Todos los informes que se hacen acerca de los derechos humanos son siempre un acto público de desmentir a los gobiernos, es como decir: nos engañan, ¡la Realidad es está que ustedes tratan de ocultar!.
Nombrar la realidad y evocarla es por eso una opción politica viable. Pero no todos conocen su Realidad a pesar que los carcome, y es ahí donde entra la confusión: Verdad y Realidad se muestran como iguales, pero son en la práctica factores diferentes ¿porqué los grupos religiosos antes que a la realidad hacen referencia a la Verdad? ¿porqué grupos como los zapatistas en primer lugar hacen referencia a la Realidad antes que a la verdad? Sólo en algo se parecen ambas visiones de la vida: la convicción sobre la mentira como mal que merece ser evitado. ¿y entonces el engaño, la mentira? Aquí como en otras cosas, el fin de la mentira es la que se vuelve censurable o no, y cada quien decide en que cede al mentiroso, y en qué no. Hay categorias del engaño: yo veo la realidad de lo que me rodea, y me niego a creerla como verdad, es real pero ésta se me presenta digamos como un engaño, como un mal de los tiempos que corren, que en la medida que lo cambie dejara de ser verdad - que no lo es- para volverse un engaño pasado, una realidad distinta porque la verdad vista como inamovible, es una idea siempre de futuro (porque es siempre una revelación) que no puede sino representar algo distinto y mejor. Todo es mentira la verdad, diría Manu Chao.
La realidad nos devora desde siempre y la verdad como esa subida al cielo nos espera al final del camino: es un camino.
Para concluir transcribo un fragmento de una entrevista a Carmen Aristegui, en la que a La realidad antepone otras palabras tales como la Censura y la autocensura:

"No hay algo peor a la censura que la autocensura: ese espacio de la simulación, del engaño y el silencio, del No pasa nada... pero si pasa y mucho. La realidad, cualquiera que esta sea merece ser contada. Merecemos sabes en qué país estamos viviendo. "




jueves, junio 05, 2008

Asi es: Yo viajo en metro...


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martes, junio 03, 2008



La tarde de éste domingo fuí con AA. a ver una peli del festival mix en la Cineteca. El film, llamado algo así como "Curvado a la izquierda" es una historia sencilla, cuya novedad recaé en los medios que usó el director para narrar su historia: un celular como instrumento de grabación, de fondo una voz en off y una selección musical por momentos buena. Aquí una breve sinopsis:
Después de 10 años de relación, un hombre regresa a la prostitución, su antiguo oficio. Su reencuentro con el servicio sexual es registrado por la cámara de su teléfono celular y el enfrentamiento no es sólo con la era del Internet y la ilusa creencia del fin del SIDA, sino con el misterio del erotismo.
La historia puesta así es sumamente atractiva. La narración en la película se resolvió por medio de un monólogo, Acompañado de secuencias que son en realidad imágenes fragmentadas, tomadas por un celular donde aparecen apenas distinguidos torsos desnudos en movimiento, labios suplicantes, nalgas pixeleadas, alguna fuente de cualquier parque, un pasillo larguísimo con puertas como de hotel que en realidad es la sección de cabinas de una sex-shop, calles, bares, rostros. La historia es en gran parte "escenas" díficiles de ser identificadas, de las cuales sigo creyendo, que se tratan de escenas sexuales pues el movimiento, y lo que alcanzo a entender de la voz en off -el único hilo conductor- me hace suponer lo super sexualizado de la pelicula.
Durante el tiempo que dura, las imágenes pixeleadas funcionan como detonadoras para el morbo, pero las nalgas que se alcanzan apenas a distinguir no ceden a mostrarse a los espectadores ansiosos, que quizá despertados de su sopor siguen deseando el cuerpo explícito, la escena directa y clara, pero todas las imágenes son siempre imprecisas, nada se distingue realmente: píxeles, grabacion desde un aparato movil, exhibicionismo ¡no explicito! y espectadores ansiosos de verlo todo ¿Es la imagen pixeleada de un cuerpo desnudo grabado desde un celular una forma del erotismo moderno?
Pienso en esas cosas un poco distraido de la pelicula, pues confieso que no entiendo todo el monólogo ya que la pelicula no está traducida al español, y mi inglés escuchado sigue teniendo carencias (Cero y van tres: ¿Qué les hace creer a los organizadores del Fest Mix que todos los asistentes saben inglés perfectamente? No hay respuesta). Pienso que la pelicula se entiende en su sentido y moraleja desde los primeros 10 minutos, y todo lo demás en realidad está demás, sobrando. Concluyo que es una pelicula para voyeurs: gente que no se canse de tratar durante 115 minutos de descifrar las escenas sexualmente insinuadas y no explicitas...
Pensando en esto, y faltando 10 minutos para que finalizara, AA. me dice que salgamos de la sala
- Ya me dio hueva, dijo- y que aprovechemos con toda rápidez que está a punto de comenzar otra pelicula en la sala de a lado, y que si entramos ahora nadie se dará cuenta. Pienso: ¿cómo es que AA. sabe esas cosas? Tampoco hay respuesta.
Sin dudarlo sale y voy detrás de él, pues además siempre me ha dado cierto gozo este tipo de salidas intempestivas de las salas de cine. En efecto, en la salita que esta a lado, la gente está entrando en el momento y él se apresura; yo tengo pudor y me detengo un rato en el pasillo, espero unos segundos y finalmente entro: a la mitad de la sala lo veo ya sentado moviendo su mano para indicarme el asiento. Y luego, después de unos minutos angustiosos en los que pienso que alguien entrará y nos pedirá boleto de entrada, la nueva película - está tarde fue de permanencia voluntaria como en esos cines de antes- comienza a rodar, pero mi travesura esta más o menos recompensada, veo el título: proyectarán Paranoid Park, la cual ví ya hace unas semanas y que en verdad en ese momento me da un poco de pereza repasarla de nuevo, pues no soy del tipo que ve dos veces una pelicula a menos que...
Pero me basta de nuevo ver ese inicio, esa camára que va detrás del skate haciendo con él los giros, los saltos en ese vaiven casi erótico como el vaiven pixeleado de las nalgas de la pelicula anterior, pero esta vez de manera lenta, ritmica, adormecedora. Y la música, una banda sonora original pero con ingredientes de música de otras peliculas, electrónica con sonidos de aves y referencias a otras cosas. Reconozco ahora si, la tonadita de una canción de Nino Rota, la cual estuvo por un tiempo como predeterminada en mi myspace. Por momentos, la música y las escenas me hacen tener sensaciones táctiles, como la secuencia de la ducha y el agua cayendo del pelo del protágonista, que va de la caída normal a una cada vez mayor lentitud, haciendo ingravida la caída, como si de pronto estuviera a punto de congelarse, y ya no fuera agua y transmutara en madera crujiente, u otra cosa, otra cosa.
Esta vez me dejo llevar por el ritmo de la pelicula y lo disfruto, sin mencionar lo atractivos que me resultan los adolescentes que ahí salen en sus pantalones cortos, gorras, tatuajes y sudaderas, un fetiche.
La primera vez que vi P. Park la ví con Aman. Ella estaba pachequina aquella ocasión y esta segunda vez, en la que yo no me he metido nada P.Park ha sido para mí todo un viaje...
- Esta si fue una pelicula de verdad- concluyé satisfecho AA.