sábado, agosto 30, 2008

Fue una sorpresa. Por lo sucedido primero a Lidya Cacho, despuès lo de Oaxaca, nadie creìa que en un asunto como èste se resolviera como se resolviò, pues por los anteriores ejemplos la Suprema corte se habìa caracterizado por tener posturas màs cercanas a la Derecha, de manera que pese al optimismo necesario, el escepticismo formaba parte del dìa a dìa mientras se llegaba a la sentencia definitiva. El calculo de la PGR y la CNDH quizà fue a partir de ese antecedente de la Suprema Corte: confiaron que el fallo final les serìa favorecedor, pues contaban dentro con el voto conservador del mismisimo Ministro Presidente, el cual sin embargo, no fue determinante ni tuvo mayor influencia ni siquiera desde su argumentaciòn. Mucho menos tuvo peso la campaña mediatica que con su gran poder hicieron la derecha y quienes les apoyan. El resultado, el que ya todo mundo conoce: 8 de 11 votos fueron a favor de la constitucionalidad de la Ley. Sorpresa sobre sorpresa ¿Pensaban en congraciarse con alguien o en realidad actuaron bajo un apego estricto a las leyes? Sòlo importa lo que vimos. Las razones que se escucharon a lo largo de esta jornada fueron particularmente interesantes y emocionantes para quienes los escuchamos, porque refuerzan aquello en lo cual creemos y que la Suprema Corte debe ser reflejo: el estado Laico; el respeto a las leyes y de las atribuciones de cada poder, en este caso el de la Asamblea Legislativa del DF; el respeto a los tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos firmados por Mèxico, y sin romanticismos, el respeto a la Constituciòn. Es imposible no conmoverse, con el hecho de haber escuchado con toda claridad argumentos dichos por algunos de las y los ministros a favor de la constitucionalidad de la ley basados en demandas añejas del movimiento feminista, imposible no conmoverse al sentir que podemos recobrar la confianza en una instituciòn que pandeaba y parecia inconstante, y que demuestra con esto su importancia y contribuciòn a la vida ciudadana, que hoy parece amplificada y de la que podemos sentirnos confiados y alegres: la decisiòn de las mujeres es un asunto de ciudadanìa.
Ese mismo dìa por la tarde, una luchadora paseaba por el zòcalo de la Ciudad de Mèxico con una cartulina que en letras grandes decìa: Por fin hoy, deje de ser clandestina.
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1 comentario:

Pável dijo...

Si la mamá de Chespirito lo hubiera abortado, yo no tendría tema de fiesta de cumple este año. Sinceramente, es lo único que habría por lamentar, juar juar.