domingo, agosto 19, 2007

A manera de epílogo y de ejemplo:
Una sola platica una noche con una uruguaya -en la carretera, después de haberla recogido en el aeropuerto- sirvio para entablar un entrañable intercambio de experiencias.
En ese breve tiempo, hablamos de la dictadura, de la historia de las feministas latinoamericanas-a las que me aclaro ella ha estudiado- de sus hijas, de un embajador mexicano olvidado acá y homenajeado en su pais, de su juventud y el exilio, y de ese periodo "maravilloso" en México.
Pensar que deje hace 23 años tu pais- dijo, después de un momento de nostalgia- y que me gustaba manejar en esta misma carretera sola y de noche.
¿cuantos años tienes?- pregunto.
23- respondi...
Extraña cabalistica. El silencio de la noche al final de la platica me hizo entrar en profundo razonamiento. A lo lejos, las luces de una pequeña ciudad parpadeaban: llegamos.Después, el ajetreo del trabajo nos hizo dificil volver a platicar. Pero me dijo tener terror de perder contacto conmigo y me dio antes su correo.
Ahora mismo, ya de regreso, estoy a punto de escribirle.

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